Mi viaje en este maravilloso mundo comenzó hace seis años, motivada por el deseo de ayudar a las personas a disfrutar más de la vida con sus compañeros de cuatro patas.

 Todo empezó con un perro especial, Zarco. Fue él quien despertó en mí esta pasión y, aunque ya no esté físicamente, sigue siendo la inspiración que me guía cada día.

Zarco me enseñó el poder transformador del entrenamiento canino, y desde su partida, me comprometí a seguir aprendiendo y formándome para honrar su legado.

He explorado diferentes disciplinas y deportes caninos, pero fue en las habilidades y trucos donde encontré mi verdadera vocación.

Al principio, el camino no fue fácil, pero nunca dejé de creer en el impacto positivo que estas enseñanzas pueden tener en los perros y sus cuidadores.

He visto de primera mano cómo el entrenamiento en habilidades mejora la vida de los perros, los ayuda a desarrollarse mentalmente, y, lo más importante, les brinda la oportunidad de divertirse mientras aprenden.
No hay nada más gratificante que saber que puedo contribuir al bienestar de las familias y fortalecer el vínculo tan especial que compartimos con nuestros perros.

Hoy, trabajar y vivir junto a mis perros, mientras ayudo a otras personas a hacer lo mismo, es un verdadero privilegio. Cada día me comprometo a seguir creciendo y dando lo mejor de mí para que más perros y sus dueños puedan disfrutar de una vida plena y feliz juntos.